Tras el ataque con Tomahawks sobre la base aéreas Siria y ahora el bombardeo a Afganistan, Trump refuerza con este mensaje que no está dispuesto a asumir un rol de presidente racional ni conciliador.
El Ejército de Estados Unidos lanzó este jueves a las 7:00 p.m. una enorme bomba en Afganistán conocida como Massive Ordnance Air Blast o por sus siglas MOAB. La MOAB desarrollada durante la guerra de Irak y conocida coloquialmente como “la madre de todas las bombas”, fue utilizada por primera vez en operaciones de combate.
Lanzada desde un avión operado por las Fuerzas Especiales de la Fuerza Aérea, afirman que el objetivo fueron los túneles y personal de ISIS. Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca, dijo en rueda de prensa este jueves que la bomba en Afganistán muestra que EE.UU. se toma la lucha contra el Estado islámico muy en serio. Spicer agregó que seguirán cooperando con Rusia para vencer a ISIS.
Con todo lo ocurrido en estos últimos meses, Trump parece seguir siendo el mismo. Sigue siendo el magnate rico que quiso jugar a ser presidente y desafortunadamente lo consiguió. Antes de conciliar intereses para llegar a acuerdos, Trump ha preferido actuar antes de pensar. Y es que su impulsividad lo ha llevado a contradecirse hasta a él mismo: primero quejándose de las instituciones como lo hizo con el OTAN, al mencionar que era obsoleta, para posteriormente declarar que si bien en su momento pensó que ahora obsoleta, ahora lo consideraba vigente, invitando incluso a su Secretario General Jens Stoltenberg.
El Trump que se debe tomar en cuenta es precisamente este que actúa de forma impulsiva, el que prometió que haría de Estados Unidos el primero, y que lo hará a toda costa, pero no por su país sino por él pues ha utilizado la bandera de Estados Unidos para cometer tropelías a su gusto.
Esta personalidad suya seguirá ahí, en el, a pesar de lo que ocurra en el mundo. El mundo deberá ajustarse a sus ideales. Esta visión irracional ha cegado el rumbo que debe seguir Estados Unidos, haciéndoles olvidar a sus ciudadanos todo lo que su país ha logrado construir posterior la segunda guerra mundial.
Definitivamente algo que se comprueba con el ataque a Siria y Afganistan es que no hay certezas con Trump. Así como puede decir una cosa hoy puede actuar de manera distinta mañana, o posterior a realizar una acción, declararla. Esto nos habla de un hombre que no es calculador ni metódico sino un improvisado al no medir las consecuencias de sus actos.
Trump representa un peligro para la estabilidad no solo de su país, sino del orden geopolítico mundial. Con el paso de los días iremos descubriendo a este nuevo Donald Trump; el hombre que un día despertó y la Casa Blanca estaba allí.