El carácter del mexicano está dividido en dos: es un escudo y un muro. El primero es una máscara que nos expresa y nos ahoga pero que nos defiende de la mirada ajena para no inmovilizarnos y lo segundo un haz de signos, un jeroglífico. El mexicano es una perpetua oscilación de caracteres, temperamentos, historias y civilizaciones diría Octavio Paz.
Quien pudo ser testigo del temperamento de los mexicanos fue Aleksei Makeev, un ciudadano ruso de 42 años, que al día de hoy se encuentra bajo custodia policial en un hospital de Cancún tras haber sido atacado por una multitud enfurecida. La policía rescató a Makkev el viernes en la noche, después de que varias personas intentaran entrar en el edificio donde está ubicado su apartamento.
Se le acusa de haber publicado en las redes sociales una serie de videos en los que insulta a los habitantes de Cancún, algunos de ellos grabados en la vía pública. En algunos videos se puede ver la esvástica nazi, lo que no habla precisamente de una actitud pacífica, prueba de ello es el haber acuchillado a un joven quien según información del secretario general de Benito Juárez, murió en el hospital. Medios de comunicación aseveran que había fallecido tras el intento de ingresar a la residencia del ruso.
Ahora fue Makeev quien fue llevado al hospital para que recibiera tratamiento médico tras haber sufrido un traumatismo craneoencefálico, lesiones en los antebrazos y espalda. La situación se tornó violenta cuando la multitud confrontó a Makeev sobre sus comentarios despectivos. En ciertas circunstancias algo de violencia puede ser un método muy eficaz para llevar al orden del día temas acallados. Cuando el estado no garantica el orden, este necesita ser buscado por vías alternas y la violencia es una vía para lograrlo.
¿A quién puede atribuírsele esta tragedia? Sin duda a la negligencia de la policía que permitió que todo avanzara pues en reiteradas ocasiones recibió quejas de los ciudadanos de esta localidad por el comportamiento del ruso y diversas solicitudes para que fuera deportado, incluso en la plataforma Change.org más de 8,000 personas firmaron una petición para que un diputado local gestione ante las autoridades la expulsión del país de Makeev, a la sociedad no le corresponde usar la fuerza, es al estado, sin embargo, nunca hubo una respuesta ni acciones claras de las autoridades.
El ruso ya había demostrado algunos signos de agresividad cuando Aquaworld, una empresa de tours acuáticos en Cancún, publicó en su página de Facebook un comunicado en el que informaba que desde el 13 de noviembre de 2015, el ciudadano Aleksei Makeev había dejado de trabajar para esa compañía por demostrar un comportamiento violento.
El Instituto Nacional de Migración (INM) señaló en un comunicado que pedirá la cooperación del consulado ruso para deportar a Makeev, quien se encontraba en condición irregular en el país. El INM ordenó en enero su salida del país luego de que en diciembre se presentara ante esta dependencia para atender una serie de denuncias. Estuvo un mes detenido en una estación migratoria pero la representación diplomática rusa no otorgó la documentación necesaria para proceder con la deportación. Ahora si se espera que una vez concluya el proceso judicial en su contra México intente deportar a Makeev.
Resulta fundamental que las autoridades estén a la altura de las demandas y peticiones ciudadanas. Siempre se tiene la falsa creencia de que todo se encuentra bajo control pero la consecuencia de esta idea son las tragedias que ocurren a diario y que se traducen en el México violento de hoy.
casi ya tiene un año que paso este lamentable suceso en la ciudad, por un lado por parte de las corporaciones de policia que no hicieron nada para calmar dichas ofenzas y por otro lado, el señor con su prepotencia, sin embargoo esperemos que Cancún siga mejorando como destino turistico y se frenen estos sucesos