Héroe de dos culturas. Desconocido o quizás dado por muerto en la patria y, al contrario, activo en la promoción cultural en México
La historia de Salvatore Sabella, un héroe de la resistencia italiana en la Segunda Guerra Mundial que permaneció anónimo en México durante años, fue rescatada en el más reciente número de la revista “Il Messaggero di Sant’Antonio”, la revista de la orden católica de San Antonio.
“Héroe de dos culturas. Desconocido o quizás dado por muerto en la patria y, al contrario, activo en la promoción cultural en México, país que lo ha recibido con los brazos abiertos”, indicó un artículo que hizo justicia al filántropo y empresario residente en Monterrey.
La publicación destacó que en 1954 Sabella dejó Italia con apenas 25 años para seguir a Lucila Díaz Oropeza, conocida cantante lírica, con quien se casó tiempo después.
Pero antes, en plena guerra y a la edad de 11 años, él debió suplir a su padre –enrolado en el frente- como jefe de su familia y para mantener la familia se vio obligado a revisar entre los escombros en busca de algo útil para cambiar con bienes de primera necesidad.
Tras el armisticio los alemanes presentes en Nápoles, se volvieron enemigos y las tropas aliadas, que habían desembarcado en Salerno en 1943, fueron bloqueadas.
Fue entonces que los jóvenes decidieron hacer su parte, robaron armas de los cuarteles y salieron a combatir barrio por barrio, dando inicio a los recordados “Cuatro Días de Nápoles”.
“De Porta San Gennaro Salvatore, 14 años, toma una metralleta y dispara. Al final Nápoles fue la única ciudad en liberarse sola. Hoy aquel joven es un señor distinguido de 87 años, ciudadano conocido en Monterrey. Estamos en el norte del gran país americano, en la frontera con los Estados Unidos”, señaló la publicación.
“Mientras tanto en Nápoles se enteraron que el joven héroe esta todavía vivo y vive en México. El alcalde Luigi De Magistris decide encontrarlo el 3 de octubre pasado junto al embajador de México, para entregarle una medalla al mérito 70 años después”, agregó.
Más adelante reveló que Sabella también cumplió actos heroicos en México, un año después de llegar al país, donde puso en riesgo su propia vida al salvar a varios pasajeros de un autobús en llamas.
En su nueva patria tuvo a su hijo Vincenzo, ahora médico en Texas, pero también perdió a su amada esposa Lucila, quien murió de repente mientras preparaba un concierto.
Entonces se dedicó en cuerpo y alma al trabajo y a la cultura, convirtiéndose en empresario y en persona de éxito. Se casó de nuevo y colaboró en la formación de la orquesta sinfónica de Nuevo León, llevando a México a las estrellas de la lírica mundial.
En 1968 contribuyó al nacimiento de la asociación “Dante Alighieri” en México e impulsó la construcción de un monumento a la amistad entre los dos países en la ciudad regiomontana.